5 de febrero de 2008

Niños vinculados, niños felices ( I parte)

Susan Cotten, de la agencia americana World Patner Adoption, me ha enviado una serie de artículos muy interesantes del Dr. Gregory Keck, Director y fundador del Centro para el Apego y la Vinculación de Ohio, y autor de dos libros que son la base sobre la que muchos padres adoptivos comienzan a entender los problemas relacionados con la conducta de sus hijos, Adopting the Hurt Child y Parenting the Hurt Child.

Todos sabemos que un orfanato no puede sustituir nunca el cuidado y el cariño que los niños reciben de una familia, y muchos de los comportamientos y trastornos de conducta, que a veces se relacionan con hiperactividad y otros trastornos, son sólo el resultado de la institucionalización y de los trastornos de apego y vinculación que derivan de ella.

Estos artículos ayudan a entender las causas y a establecer conductas adecuadas para promover en los pequeños una fuerte vinculación a su nuevo entorno y la familia.
A veces pensamos que los problemas de apego y vinculación están solo relacionados con la adopción de niños mayores, pero en la práctica, son problemas que los niños manifiestan incluso años más tarde de haber sido adoptados como bebés, y no son infrecuentes los casos de Desorden Reactivo de Vinculación (RAD en inglés) en bebés adoptados antes de los dos años.

Es importante saber que estos problemas existen y conocer habilidades que nos permitan reconocerlos y ayudar a nuestros hijos a sentir la estabilidad y seguridad emocional que necesitan cuando llegan a casa.

He extraído de estos artículos casi todo lo que me ha parecido importante, pero si alguno queréis los textos originales en inglés, no tenéis más que decírmelo y os los paso.

PRIMER ARTÍCULO

El propósito de todos los padres cuando adoptan a un hijo es establecer una conexión emocional con el pequeño, pero hay que recordar que esto no ocurre de inmediato, y es debido a que los niños institucionalizados no han tenido cubiertas sus necesidades básicas.

Estos niños han aprendido a manejarse por su cuenta la mayor parte del día, a saber que llorar no les dará ningún resultado, a no pedir cosas que nunca les darán, han cerrado su línea de comunicación con los adultos porque aprenden que esto no les conduce a nada.
En definitiva, han aprendido a funcionar con los parámetros de su mundo, establecidos por la rígida rutina de un orfanato.

Adoptar a un niño institucionalizado, significa que este niño ha vivido al menos tres transiciones, su madre biológica, el orfanato, la familia adoptiva.
La separación de su madre biológica será siempre traumática para un niño, independientemente de la edad a la que se produzca.
Una vez abandonado, al niño se le sumerge en un entorno no familiar con muchas personas distintas que cuidan de él, y en el que las necesidades básicas de los niños se ven cubiertas, no de acuerdo a sus necesidades, sino a las necesidades de los cuidadores.

Estos les hace desarrollar una serie de comportamientos, que vemos en las primeras visitas y que son fácilmente reconocibles en muchos de los niños adoptados.

Pobre contacto visual o mirada vacía
Se resisten al cuidado o a ser reconfortados
Lloran raramente ( niños buenos en exceso)
Retraso psicomotor
Se ponen rígidos cuando se les coge o abraza
No se sujetan a los adultos cuando se les coge ( no hay reciprocidad)
Cuando se les sujeta la barbilla para que nos miren, vuelven la cara
Se resisten a que se les toque la cabeza ( peinar, lavar, cortar)
Se niegan a dormir o tienen una actividad física continua
Problemas de alimentación ( se niegan a comer o lo hacen de forma incontrolada)


En esencia, los niños tienen una edad biológica, pero son mucho más pequeños social y emocionalmente, y necesitan nuestra compresión y que entendamos sus necesidades.
Hay mucho tiempo en sus vidas que necesita y debe ser recuperado, dando a nuestros hijos tiempo para el ajuste y la vinculación.

Es un proceso largo, que llevará tiempo y paciencia. Es importante olvidar nuestras expectativas y centrarnos en lo que el niño espera y necesita de nosotros.
Recordemos que el niño espera una relación de confianza, y que el amor vendrá después de afianzar esa relación de confianza.

Una analogía que puede ser muy útil es comparar el desarrollo del niño con la construcción y mantenimiento de una casa. No podemos concebir construir una casa sin hacerlo desde los cimientos, que le proporciona estabilidad y solidez.
Una vez que los cimientos están construidos, comenzamos a construir las paredes, el tejado, las divisiones. La decoración y los muebles le darán después la calidez y el carácter. Posteriormente añadiremos el jardín, haremos reformas, la ampliaremos. Utilizamos diversas reparaciones para mantenerla y protegerla.
En esencia, alimentamos nuestra casa para mantenerla y darle su carácter.

De la misma forma, convertirnos en personas sanas y productivas para la sociedad requiere unos cimientos sólidos.
A través de las personas que nos cuidan y de los modelos que vemos , aprendemos a hablar, a correr, a caminar. Desarrollamos un repertorio de habilidades, recursos y talentos.
Aprendemos lo que nos gusta y lo que no, lo correcto y lo incorrecto, aprendemos a interactuar, a crecer y a mejorar, a desarrollar nuestra personalidad y a integrarnos en la sociedad.

Debemos centrarnos en reparar los cimientos de nuestro hijo. La vinculación son los cimientos para su desarrollo y bienestar. Nuestro hijo tiene necesidades y desea que le mostremos que puede confiar en nosotros y que podremos satisfacer sus necesidades.

Hay siete necesidades básicas que debemos promover para que un niño establezca una confianza y un desarrollo estables. Son el contacto visual, el contacto físico, el movimiento, el olor, el habla, el calor y la comida.
Si consideremos todas estas áreas y trabajamos para asegurar estas necesidades, la vinculación y la confianza crecerán y se desarrollarán con el tiempo.

Estos son algunos aspectos en los que se debemos trabajar para que el niño aprenda a confiar en nosotros y sepa que resolveremos sus necesidades.

Contacto visual , juega al cucú tra, mientras que lo tienes en brazos: sujeta un objeto, una galleta o un juguete y decidle que os lo pida mirándote a los ojos. Si el niño se niega a mirarte directamente, hazlo las primeras semanas a través de un espejo en el que pueda hacerlo de forma indirecta.

Contacto físico: Cógelo en brazos cada día o si es mayor abrazalo y siéntalo sobre ti, los niños lo demandan, lo necesitan. No se puede ignorar a un niño que ha sido adoptado. Podemos usar masajes, cogerle de la mano, en brazos, esto nunca debe cansarnos.

Movimiento: Balancea a tu hijo, haz pompas de jabón con él y jugad a explotarlas juntos, baila con él, siéntalo sobre tus rodillas y balancéalo, colúmpiate junto a él.

Olor: cuando aún estés en el país, deja una pequeña manta para él. De esta forma, absorberá los olores que le son familiares en el orfanato y deja que la traiga a casa y duerma con ella.
Si le llevas un peluche, compra dos iguales, ponle el perfume que normalmente usas y deja uno allí, el otro estará esperándolo en casa, ya que normalmente no estará cuando volvais a viajar y es una manera de que el pequeño lo asocie con algo familiar.

Habla: canta siempre las mismas nanas o canciones, lee con tu hijo, habla enfatizando la entonación, las palabras y los estados de ánimo para bombardearlos con su nuevo idioma, recuerda que aunque no hable el idioma lo entiende , y debe que cambiar su sistema de sonidos por completo, esto lleva tiempo.

Calor: usa sábanas y mantas calentitas, busca lugares cálidos donde pueda estar tu hijo

Alimentación: trata de introducir papillas si la edad es apropiada, mantén al niño lo más cerca posible de ti mientras lo alimentas.

La comida nunca debe ser restringida ni ser el escenario de una batalla. En el orfanato su estómago nunca está lleno, no puede regular el hambre por sí solo, y ahora tiene que aprender a hacerlo y a confiar en que siempre habrá comida disponible.
Los niños a veces comen al llegar como si no existiese el mañana, esto es completamente normal. Cuando se habitúan a que habrá comida cuando tengan hambre, esto desaparece, pero lleva un tiempo de normalización.
Alimenta a tu hijo, cógelo, míralo mientras lo alimentas, la seguridad y la confianza que le da saber que tendrá cubiertas sus necesidades básicas, son la base de una fuerte vinculación a la familia.

Sueño: Los niños están acostumbrados a dormir con muchos otros niños, a compartir las camas, a ser arropados fuertemente para protegerles, y no están acostumbrados a una rutina para dormir. La habitación que les preparamos puede tener demasiadas cosas que les sobreestimulen. Pueden tener miedo o despertarse con pesadillas y terrores nocturnos.
A los niños les encanta la rutina y necesitaremos establecerla para dormir, de forma que puedan aprender a confiar y a pasar las noches con normalidad.

Si nuestro hijo aprende que somos consecuentes y que puede establecer una relación de confianza con nosotros, entonces comenzará a recompensarnos por el amor y el cuidado que ha recibido.
Tenemos que entender que nuestro hijo inconscientemente conoció a su madre e instintivamente quiere estar con ella. Si somos pacientes y estamos atentos a las necesidades de nuestro hijo, podremos comenzar a construir de nuevo los elementos que perdió siendo muy pequeño.

Ser padres de un niño adoptado es ser padres y algo más. Si usamos nuestra comprensión y empatía, nuestra relación puede convertirse en una fuerte conexión basada en el amor y la confianza.

Y hasta aquí el primer articulo, en las próximas semanas colgaré los dos siguientes!

3 de febrero de 2008

Cuadernos de Atención a la Diversidad

Para los que adoptamos niños mayores, he encontrado estos cuadernos de Atención a la Diversidad, que usan en los programas de Atención lingüística en algunos colegios públicos de Andalucia.

Los hay de lenguaje, caligrafía, cálculo y tratan de ayudar a los niños a trabajar el lenguaje y la compresión lectora.
También hay cuentos para educar en valores y en la integración.

Los niños en Kazajstán empiezan la escuela a los siete años, por lo que antes de esa edad, no saben leer ni escribir el alfabeto cirílico, solo pequeñas nociones.

Los cuadernos de lenguaje constan de cinco niveles, desde iniciación a cuarto nivel, cada nivel consta a su vez de tres cuadernos.
En el nivel iniciación, los cuadernos son: Leo sílabas directas I, Leo sílabas directas II y Sílabas inversas.
En primer nivel son Leo sílabas trabadas, Leo frases y Leo párrafos.

Los niveles segundo, tercero y cuarto, son todos de lectura de textos de menor a mayor complejidad, incidiendo en la comprensión y expresión oral, la velocidad lectora y la composición escrita.
El lenguaje es muy importante, porque si los niños carecen de comprensión lectora, les será realmente difícil llegar al nivel de otros niños en la escuela.
Cada cuaderno vale cinco euros y los edita Grupo Editorial Universitario.
En Sevilla los he encontrado en la Librería Beta, aunque les suelen faltar muchos números.

La editorial los vende también de forma directa en esta página web,http://editorial-geu.com/tienda/ , en la que podéis acceder a todo lo que publican, y donde hay muchos libros que me han parecido interesantes.